Exposiciones

Poder y propaganda

Propuesta conjunta expositiva

Poder y propaganda en Valencia
Valencia
Lugar. Museo Valenciano de la Ilustración y de la Modernidad (MuVIM)
Fecha. Desde el 14 de junio de 2017
al 15 de octubre de 2017

Hora.
Precio. - €

Poder político y propaganda no siempre han ido de la mano. Cuando la autoridad del soberano era sancionada directamente por Dios no necesitaba ningún otro tipo de justificación ni de recurso propagandístico: tenía basta mostrándose y exhibiéndose de la manera más majestàtica posible, con toda la pompa y circunstancia, reblert de oripells, medallones y otros atributos de la regia potestad.

Así se acontece en el retrato a caballo que Ticiano hizo el 1548 de un Carles V vencedor de la batalla de Mühlberg o en los que Goya y Vicent López pintaron, cuatro siglos después, a un Ferran VII que insistía anacrónicamente en vestir mantón real y sostener una monarquía absoluta que ya entonces empezaba a resultar inviable. Aquellos monarcas decidían la muerte o la vida de sus súbditos y, además, podían apropiarse de sus bienesy riquezas sin demasiadas complicaciones ni contemplaciones.

Pero en el siglo XVII la idea de un poder omnímode ostentado por una sola persona empezó a quebrar. Ya no era suficiente con la sanción divina y el derecho hereditario. Y el poder empezó a servirse de mecanismos publicitarios buscando nuevas formas de legitimidad. Hasta aquellos momentos, la propaganda había sido una cuestión esencialmente religiosa: Gregori XV había creado al 1622 la Sacra Congregatio Propaganda Fide, dedicada a la propagación de la fe católica por territorios protestantes.

De entonces acá, el campo semántico de la palabra fue extendiéndose del enfrentamiento religioso al político, del proselitismo de la fe al de las nuevas ideas.

Después de las revoluciones americana y francesa, el poder aconteció expresión de una voluntad mayoritaria articulada a través de los mecanismos institucionales, siempre mejorables, de la democracia representativa, donde la propaganda política juega un papel vertebral. En todo este proceso, el arte moderno no ha podido evitar de ponerse al servicio de unas ideas u otros, tanto se vale.